Hay quienes opinan que bañar al gato es pura costumbre burguesa. Otros dicen que los felinos odian el agua. Y otros, simplemente, muestran la marca de los arañazos que recibieron cuando intentaron meter a su minimo bajo la ducha.
Lo cierto es que darle un baño a nuestra mascota de vez en cuando puede resultar muy beneficioso. Particularmente si tenemos en cuenta que los gatos suelen ser muy curiosos e inquietos, y que por esta razón corretean por toda la casa y se suben a todo sitio que encuentren. Y, aunque se sabe que los gatos son animales muy limpios, viviendo encerrados en un departamento tienen algunas posibilidades de limpieza limitadas. Por ejemplo, si se ensucian con sus propias heces en su cajita, pueden contaminar los lugares en los que convivimos con ellos. Ya que nuestros mininos suelen apolillar largas horas en posiciones envidiables en nuestros sillones y camas, darles un baño cada tanto puede convertirse en una buena herramienta para evitar enfermedades.
Ahora bien, es difícil encontrar a alguien que haya podido bañar a su gato sin enfrentarse a una ardua pelea de arañazos y mordiscones. Entonces habrá que armarse de mucha paciencia y no temer a salir lastimado de la experiencia de mojar al bicho. En principio, se ha de ser una persona muy valiente. Y luego, será bueno tener en cuenta algunos consejitos:
-No es conveniente usar cualquier jabón. Consultá con tu veterinario amigo sobre shampoos adecuados para cuidar el pelaje del animal.
-Usa agua tibia para que el baño le resulte, al menos, un poquito placentero. Tené cuidado de no mojarle las orejas. Si le entrase agua podría producirle una infección en el oído.
-Para secarlo, utilizá un secador de pelo para secarlo con aire calentito, frotalo con una toalla y/o acercá a tu gato a la estufa. No te preocupes por el pelo húmedo, ellos se encargarán de terminar el aseo lamiéndose el pelaje. Por eso, es importante que cuides que no queden restos de shampoo adheridos al cuerpo del animal.
-Intentá mantener la habitación calentita. Que no haya corrientes de aire frío mientras el gato permanezca mojado.
¡Y dale muchos mimos antes, durante y después del baño! Esto ayudará a mantenerlo calmado y a que te siga queriendo mucho!
¿Se te ocurre alguna otra idea? ¿Te parece que es una locura bañar al minino? ¿Cuántos arañazos contaste la última vez? ¡Queremos conocer tus opiniones!
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